miércoles, 11 de febrero de 2015

¿Pueden prevenirse las malformaciones congénitas en el embarazo?

Malformaciones congénitas


 Las malformaciones congénitas se producen por la acción de alguna sustancia o agente que modifica la estructura de un órgano o parte del cuerpo del feto. Sólo se conoce la causa de la mitad de las malformaciones congénitas. Así, no pueden prevenirse todas ellas. Pero sí pueden tomarse una serie de precauciones durante el embarazo para minimizar el riesgo de que se produzcan.

Una de las preocupaciones más comunes de los padres ante la llegada de un bebé es que nazca sano.
En España 15 de cada 1000 recién nacidos nace con una malformación congénita.
Las malformaciones congénitas se producen cuando algún agente o sustancia modifica la estructura de un órgano o parte del cuerpo del feto en el embarazo.
El bebé puede nacer con alguna enfermedad grave como la espina bífida, que es la falta de cierre de algún lugar de la columna vertebral que hace que la médula espinal quede sin protección.
En el 50% de los casos se desconocen las causas que producen los defectos congénitos.
Esto significa que no podemos evitar todas las malformaciones, aunque se sabe que ciertos agentes pueden afectar al desarrollo del embrión y producir malformaciones.
Si adoptamos una serie de precauciones durante el embarazo podemos reducir las probabilidades de que el bebé nazca con algún defecto grave.

¿Cómo pueden prevenirse las malformaciones en el embarazo?

 

Los órganos del bebé se forman en el primer trimestre de embarazo, que es el periodo más crítico por riesgo de malformaciones. Ciertas sustancias pueden afectar al desarrollo del feto como el alcohol, tabaco o cualquier tipo de drogas. Una recomendación es que evites su consumo hasta el final de la gestación.  Para evitar el riesgo de malformaciones tampoco debes tomar medicamentos sin la autorización de un médico o ginecólogo. Algunos, como la talidomida (medicamento que se administraba a las embarazadas para aliviar las náuseas, los vómitos y mareos hace 50 años) pueden producir serios daños en la formación del embrión.
La exposición a sustancias como el plomo, el mercurio o las radiaciones también suponen un peligro para el embarazo. Si trabajas con alguno de estos elementos conviene que informes a tu empresa para que modifique las condiciones de tu puesto de trabajo.
Evita tomar carne cruda o poco hecha para evitar la toxoplasmosis. Esta infección está causada por el parásito toxoplasma de Gondii que vive en algunos mamíferos, especialmente los gatos. Una recomendación es que tengas especial cuidado al limpiar sus heces.   
Más adelante, el feto ya tiene todas sus partes bien formadas, es más resistente y sólo está aumentando de tamaño.

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